jueves, 18 de febrero de 2010

MIS TRES MUERTES


Triturado entre las fauces férreas
de cualquier miserable cuneta,
repaso el instante de mis tres muertes,
sin las tragedias ni los violines
que acompañan al resobado último aliento.
Después, lágrimas de mar negras
y la leve sonrisa cansada
de la póstuma brisa de poniente.

Una por el pasajero oscuro,
dos en cada noche efervescente,
tres, son tres, en la cuneta de la vida.

En día de difuntos
cambiarás los ramos de la tapia,
mientras alguien cuenta tres historias
para que la carcajada rompa el silencio.

Una por el pasajero oscuro,
dos en cada noche efervescente,
tres, son tres, en la cuneta de la vida.

Aunque otros morirán más tarde
y serán encontrados en el eco de la risotada
nunca podrán olvidar mi nombre.


Poema publicado en El Descensor, revista literaria internacional

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Niños pijos de papa y mama estudiando bellas artes,menuda perdida de tiempo

carlampio dijo...

Querido/a anónimo/a:
No se a quién te refieres con los términos "niños pijos" y lo cierto es que no me importa lo más mínimo tu opinión, y aunque sea una calumnia no la voy a censurar, pues entiendo que en mi blog tiene que haber libertad de expresión, pero lo ideal es que cuando alguien hace pública una crítica que se informe antes y sobre todo que se haga responsable de ella firmándola. Por tus escuetas palabras lanzadas desde el anonimato, entiendo que eres un nazi resentido que odia tanto a la gente como se odia a si mismo.