jueves, 26 de febrero de 2009

EL BOTÍN DE LA USURA

Mírate, te crees alguien de provecho
con tu chalequico feo de banquero,
sentado a mesa puesta
por el triste botín de la usura.
Desde los despachos
arruinas la vida miserable
mientras comentas la jugada
con el suplente del subalterno temporero.
Eres un auténtico triunfador,
pero en la nevera fría de tu corazón
resuena el eco.
Cuando acodado en la barra del bar
pides un café, retirando la americana
para meter la mano en el bolsillo,
pareces un galán de telenovela,
que sabe que necesita su traje
para esconder bajo la armadura
esas escamas de reptil
del vientecillo de la libertad.

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