viernes, 14 de noviembre de 2008

PUÑALADAS DE BATUECOS

Olvidando por quién doblan las campanas
entre puñaladas de batuecos
que salen del aliento de su ley,
donde cada árbol es una lúgubre sombra
que se cierne sobre todos los rayos de sol.

Desconfío de aquel Virgilio
capaz de abandonar el limbo
para guiar un viaje que jamás superó.

¿Quién eres tú para decapitar un sueño?
Espada oxidada de Damocles,
roída por el veneno de la costumbre
de aniquilar aquello que se escapa de tus manos.

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